SOBRE PARQUES E INUNDACIONES





En los ríos se pueden distinguir dos cauces: el que ocupa habitualmente y el de inundación, que es el que necesita cuando la avenida de agua es extraordinaria. Es importante conocer y respetar este cauce de inundación, que puede ser diseñado para que canalice las aguas en las grandes crecidas sin muchos daños, pudiendo ser utilizado habitualmente el resto del año por el vecindario. En él no se deben construir edificios ni obras fijas que dificulten el paso del agua durante las grandes avenidas.

Teniendo en cuenta lo anterior, se pueden fijar 3 criterios básicos para las actuaciones urbanísticas junto al río, a su paso por la ciudad:
1.- Que el agua pueda pasar sin obstáculos, para que cause el menor daño posible.
2.- Que el cauce de inundación sea lo más amplio y capaz posible para que no se desborde invadiendo zonas edificadas.
3.- Que el agua pueda discurrir con la menor velocidad posible, para que no arranque plantas, árboles, mobiliario o contenedores, ni arrastre objetos pesados como troncos y piedras.

Si revisamos bajo estos criterios las últimas actuaciones municipales en la ribera del río Arga a su paso por Pamplona-Iruña, podemos darnos cuenta fácilmente que no se han respetado, para muestra valen algunos ejemplos:

a)     Arantzadi: Hasta la fecha el agua, durante las inundaciones ha entrado en ese meandro desde la zona bajo la presa de S. Pedro; como entraba “a contracorriente”, lo hacía suavemente, sin velocidad, sin arrastrar troncos dañinos, existían unos setos que filtraban los pocos objetos ligeros que llevaba, inundaba las huertas y se iba sin causar apenas daños. Así durante decenios, hasta que la reciente intervención de este Ayuntamiento “construyendo un parque” ha roto ese sencillo pero eficaz sistema de control de avenidas que habían organizado los hortelanos del meandro; con las obras actuales se han eliminado los setos filtrantes y se ha rebajado la mota junto al Molino de Ciganda lo suficiente como para que el agua, en la inundación de junio, la ha sobrepasado y ha entrado a toda velocidad y con gran fuerza en el interior del meandro, causando daños por valor de 500.000 euros.
b)     Parque de la Runa: El año pasado el Ayuntamiento construyó una mota alta a lo largo de la ribera derecha del Arga entre los puentes del Vergel y Curtidores, “para que el agua de inundación no anegase el parque Runa ni entrase en las viviendas cercanas”; es cierto que el agua ha tardado más en entrar en esa explanada de las barracas sanfermineras, pero ha entrado, y también ha entrado en los sótanos de las viviendas cercanas, sólo que, en vez de entrar desde Curtidores, lo ha hecho desde el Vergel, pero ha entrado. La construcción de esta mota es un error de concepto, es un sinsentido desde el punto de vista del control de las riadas, porque lo que hace es estrechar el cauce de inundación, hacer que quepa menos agua por ese cauce, hacer que la que pase por él lo haga a más velocidad y con mayor fuerza de arrastre, y que el agua que llega de arriba y no cabe por esa estrechez, se vaya desbordando aguas – arriba, por la zona del Vergel. Lo positivo sería ampliar la capacidad del cauce de inundación en ese tramo de la Runa. ¿cómo? por ejemplo: rebajar la rasante del césped actual un metro (poco costo) supondría ampliar el cauce de inundación unos 60 m3/ml más, reduciendo notablemente la velocidad del agua y por tanto su agresividad.
c)      Trinitarios: La avenida de Guipúzcoa era una de las principales vías de entrada a Iruña, por lo que tenía cierto sentido reforzar el lado que daba al rio mediante muros de piedra y hormigón de modo que las riadas no afectasen a la calzada. Ahora que esa vía tiene mucho menos tráfico rodado y se ha desplazado hacia el norte, era la ocasión para ampliar el cauce de inundación del Arga, desmotando los muros verticales, aterrazando los taludes de ribera de esa orilla del Arga, haciendo esa ribera accesible a los paseantes, de manera similar al parque de la Rochapea existente justo enfrente, etc.,de esa forma las avenidas fuertes podrían ocupar ambas orillas del río, en vez de ocupar sólo el margen derecho, como en la inundación de Junio, que ha dañado a las viviendas y bajeras cercanas. Pero, en la reforma del parque de Trinitarios que se está construyendo ahora, han consolidado los altos muros del lado izquierdo y el agua de la inundación llena el margen derecho y llega hasta las viviendas cercanas. Otra oportunidad perdida por un Ayuntamiento que no quiere entender cómo funciona un río y gasta en obras con poca visión de cómo debemos convivir, a buenas, el río y la ciudadanía.

Por todo ello, solicito encarecidamente a los dirigentes del Ayuntamiento que  antes de construir más altas motas o similares, ¿es tan difícil juntar a gentes entendidas en dinámica de ríos, al vecindario cercano al cauce, a hortelanos que han convivido con el río durante decenios, a quienes crean que tienen algo que aportar a este asunto de las inundaciones del Arga y debatir tranquilamente? Tres obras inadecuadas ¿no son suficientes para repensar el modo de enfrentarnos a las inundaciones periódicas que, tal como va el cambio climático, serán cada año más frecuentes?

A la espera de que un debate ciudadano como el mencionado sea una realidad pronto, se despide atentamente:

Teo Ronco, arquitecto urbanista.

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